Cómo afecta el calor a los niños con autismo y qué medidas tomar

Introducción

El calor extremo puede ser un desafío para cualquier persona, pero en el caso de los niños con trastornos del espectro autista (TEA), las altas temperaturas pueden intensificar problemas sensoriales, afectar la regulación emocional y aumentar la ansiedad.

Muchos padres han observado que sus hijos con autismo experimentan más crisis sensoriales en los días calurosos. Pero ¿por qué ocurre esto? ¿Cómo podemos ayudar a minimizar el impacto del calor en su bienestar?

En este artículo analizamos la relación entre el autismo y el calor, los riesgos para la salud y las estrategias clave para proteger a los niños con TEA en climas cálidos.

Autismo y regulación térmica: ¿por qué el calor es un problema?

Algunos estudios han señalado que las personas con TEA pueden tener alteraciones en el sistema nervioso autónomo, lo que afecta su capacidad para regular la temperatura corporal adecuadamente. Esto puede hacer que los niños con autismo sean más susceptibles a la deshidratación y al golpe de calor, ya que su cuerpo no responde tan rápido a los cambios de temperatura.

Un artículo publicado en Autism Research encontró que muchos niños con TEA presentan diferencias en la reactividad del sistema nervioso autónomo, lo que puede contribuir a la dificultad para manejar temperaturas extremas (Kushki et al., 2014).

Factores que hacen a los niños con TEA más vulnerables al calor

1. Hipersensibilidad sensorial: El sudor, la ropa húmeda y la sensación de calor pueden ser abrumadores para los niños con TEA.

2. Dificultades en la comunicación: Muchos niños pueden no verbalizar que sienten calor o sed, aumentando el riesgo de deshidratación.

3. Problemas de regulación térmica: Algunas investigaciones han sugerido que las personas con TEA pueden tener una respuesta térmica atípica (Pan et al., 2010).

4. Resistencia al cambio: Si el calor obliga a modificar las rutinas (por ejemplo, evitando salir al parque), el niño puede experimentar ansiedad.

Efectos del calor en la salud y el comportamiento de los niños con autismo

El calor excesivo puede tener consecuencias no solo físicas, sino también emocionales y conductuales en los niños con TEA:

1. Aumento de la ansiedad y estrés sensorial

Los cambios bruscos en la temperatura pueden desencadenar crisis sensoriales, irritabilidad y un aumento de conductas repetitivas.

Un estudio de Neurotherapeutics identificó que los problemas del sueño y el malestar sensorial están correlacionados en niños con TEA (Malow et al., 2006).

2. Problemas del sueño

Las temperaturas elevadas pueden hacer que los niños con autismo tengan aún más dificultades para dormir, lo que puede empeorar la irritabilidad y la regulación emocional.

3. Riesgo de deshidratación y golpe de calor

Los niños con TEA pueden no percibir la necesidad de beber agua con regularidad, lo que aumenta el riesgo de deshidratación.

Según un artículo publicado en Pediatrics, los niños con TEA pueden beneficiarse del uso de herramientas visuales, como pictogramas o apps de recordatorio, para fomentar la hidratación (Pediatrics Journal, 2020).

Los síntomas del golpe de calor incluyen:

• Fatiga extrema

• Piel seca y enrojecida

• Respiración acelerada

• Mareos o confusión

• Pérdida de conocimiento en casos graves

Si un niño presenta estos síntomas, se debe actuar de inmediato, llevándolo a un lugar fresco, ofreciéndole agua y, si es necesario, buscando atención médica.

Cómo ayudar a un niño con autismo a sobrellevar el calor

Afortunadamente, hay varias estrategias efectivas para reducir el impacto del calor en los niños con TEA.

1. Mantener un ambiente fresco y seguro

• Usar aire acondicionado o ventiladores.

• Evitar salir entre las 12:00 y las 16:00 horas.

• Crear zonas de sombra en el hogar o jardín.

2. Hidratación frecuente

• Ofrecer agua regularmente, incluso si el niño no la pide.

• Utilizar botellas con pajilla o de colores llamativos para incentivar su uso.

• Introducir alimentos ricos en agua como sandía, melón y pepino.

Según un estudio del Journal of Autism and Developmental Disorders, algunos niños con TEA pueden rechazar ciertas texturas o temperaturas de líquidos, por lo que es recomendable ofrecer alternativas como batidos o infusiones frescas (Ben-Sasson et al., 2009).

3. Ropa cómoda y transpirable

• Elegir ropa de algodón o lino en lugar de materiales sintéticos.

• Evitar etiquetas o costuras ásperas que puedan causar incomodidad sensorial.

4. Estrategias de regulación sensorial

Algunas actividades pueden ayudar a los niños con TEA a sentirse más cómodos en el calor:

• Jugar con agua en una piscina inflable.

• Usar bolsas de gel frío o toallas húmedas.

• Probar duchas de agua tibia para regular la temperatura corporal.

5. Adaptación de la rutina

• Programar actividades al aire libre en las horas más frescas.

• Mantener la estructura diaria lo más estable posible para reducir el estrés.

Un estudio reciente en Autism destacó que la previsibilidad es clave para minimizar la ansiedad en niños con TEA (Fletcher-Watson et al., 2019).

Conclusión

El calor puede representar un desafío importante para los niños con autismo debido a su hipersensibilidad sensorial, dificultades en la regulación térmica y problemas de comunicación. Sin embargo, con estrategias adecuadas, es posible minimizar su impacto y garantizar su bienestar en los días calurosos.

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Fuentes y referencias

1. Kushki, A., Brian, J., Dupuis, A., & Anagnostou, E. (2014). “Autonomic dysregulation in children with autism spectrum disorder: A meta-analysis.” Autism Research. Disponible aquí.

2. Pan, C. Y. (2010). “The effects of water exercise swimming program on aquatic skills and social behaviors in children with autism spectrum disorders.” Research in Autism Spectrum Disorders. Disponible aquí.

3. Malow, B. A., et al. (2006). “Sleep abnormalities in children with autism.” Neurotherapeutics. Disponible aquí.

4. Pediatrics Journal. (2020). “Hydration strategies for children with autism spectrum disorder.” Disponible aquí.